El juego es la principal actividad de niños y niñas, es su camino para el desarrollo integral infantil, la conexión con otros y el entorno. Le permite tener experiencias sensoriales, corporales, intelectuales, emocionales y verbales. Esta actividad no es solo un pasatiempo, sino una herramienta crucial para el desarrollo integral del niño. Pero ¿qué papel tiene el juego entre padres e hijos?
La ciencia detrás del juego: Conexiones neuronales y más
Toda la vida se ve influida por estas significativas experiencias de juegos que, vistas desde fuera, son algo tan cotidiano y simple. Sin embargo, nos sorprendería infinitamente si pudiéramos ver lo que pasa en el cuerpo por dentro.
Comenzando por el cerebro, podemos imaginar miles de conexiones neuronales producidas por las diversas experiencias a las que estamos expuestos. Estas conexiones son fundamentales para el desarrollo integral infantil. Unas se producen por el movimiento, otras por la textura del juguete, otras por los ruidos, otras por las ideas, etc. Suma y sigue de manera simultánea como un bombardeo de energías que ingresan y se expanden.
La fisiología del juego: Salud y felicidad
Así también podemos pensar en cómo cambia la respiración en los distintos tipos de juego, aumenta la circulación de la sangre, y se regula la temperatura corporal de manera similar a como ocurre cuando los niños duermen. La vitalidad se apodera de cada rincón.
Este fenómeno conduce a nuestro cuerpo a secretar las llamadas "hormonas de la felicidad". Entre estas están la dopamina, serotonina, endorfinas y oxitocina, todas aportando a una experiencia de juego emocionante, significativa, desafiante y completa.
Un niño puede trasladarse de un universo a otro en un mismo juego, traspasar las fronteras de la realidad y dar rienda suelta a la libertad de la imaginación. Esto no solo es divertido sino que es una parte del desarrollo integral, permitiendo a niños explorar y entender el mundo de una forma única.
El rol de los padres: Hablemos jugando en familia
Es tan relevante y significativo lo que está pasando que un juego deja de parecer sencillo, o de tener un bajo perfil, y el rol de los adultos toma un tinte bastante apreciable también. Como padres, el proveer de ciertas condiciones para jugar, estar disponible para enriquecer lo que está pasando, responder a los comentarios espontáneos o sugerir variaciones, puede resultar algo trascendente.
El acto de los papás jugando con sus hijos no solo fortalece vínculos familiares. Este también contribuye significativamente al desarrollo integral de los niños.Y no requiere de un gran despliegue o unos conocimientos específicos, solo necesita tiempo y voluntad.
Beneficios compartidos: Juguemos con los niños
Jugar juntos también hará que nuestro cuerpo secrete esas mágicas hormonas y nos ayude a imaginar universos nuevos. Además de pasar las fronteras de tiempo y olvidar incluso algunas preocupaciones, por lo que la inversión realizada tendrá un efecto doble que nos regala como resultado un sinfín de beneficios que podemos aprovechar en familia y fortalecer nuestra relación.
El juego emerge como una actividad fundamental no solo para el entretenimiento de niños y niñas, sino como un pilar esencial para su desarrollo integral. En última instancia, el juego es una inversión invaluable en el bienestar y futuro de los niños, proporcionando una base sólida para su crecimiento integral y continuo desarrollo.
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