Has oído frases como: “no me quiso prestar su juguete” “él no lo está haciendo bien” “no me quiere invitar a jugar” “esa no era la regla del juego” ... ¿Alguna vez le respondiste que “a todos nos pasa”?
Por María Jesús Parada @perplen_
Estoy segura que muchos padres se sentirán identificados con estas frases, y es que es real... a todos y todas nos ha pasado que alguna vez nos hemos visto envuelto/as en una disyuntiva en un juego. El juego con otros es un espacio y una oportunidad para acompañar a niños y niñas en el desarrollo de habilidades para la vida. Cualquier escenario de un juego de pares, será un excelente momento para el aprendizaje y tú puedes ser testigo y acompañar este camino.
Cuando aprendemos algo en que está involucrada nuestra motivación intrínseca, es decir nuestra motivación genuina, como es en el juego, queda una “carretera neuronal” realmente marcada y se constituye un aprendizaje que queda en la impronta de nuestro desarrollo.
Jugar, como hemos hablado ya en otras columnas, es la forma en que los y las niñas le dan sentido al mundo. “Es una actividad fundamental para el sano crecimiento de ellos/as.”(Stephen 2009). Lo interesante es que es uno de los pocos procesos de aprendizajes que no están orientados hacia un producto, sino hacia un proceso.(Cromwell, 2000, Srephens, 2009). “El juego redimensiona las realidades en el niño, las fortalece y aporta nuevos elementos para favorecer los aprendizajes de su realidad”. (Otalvaro Sandra, 2011).
Ante una actualidad rodeada de videojuegos, la amistad entre pares y en “vivo”, se mantiene como un gran espacio para rescatar la esencia del juego con el fin de que el niño se descubra a sí mismo, al mundo y goce de él.
El juego, tal como podemos observar en el desarrollo típico de un niño/a, inicia con una experiencia de exploración de su cuerpo y luego con su cuerpo explora el mundo, posteriormente van explorando habilidades con objetos, realizando juegos paralelos con otros niñas y niños, posteriormente juego cooperativos entre pares, hasta llegar a juego de equipos y juegos reglados. (Castillo, 2014).
Hoy hablaremos del juego de pares, es decir, alguien que tiene características etarias similares a mí, es mi compañero de juegos. El juego de pares se inicia hacia el final de los 5 años y continúa desarrollándose durante toda la infancia. Este juego no está exento de desafíos y es una etapa crucial del aprendizaje y me permite aprender infinitas cosas. Estas son algunas de las que me parecen más relevantes:
1.- Imitación: Cuando un ser humano se encuentra frente a otro que se le asemeja, las neuronas espejo -que son neuronas que están en nuestro cerebro y se activan en pos de la imitación-, están en su máximo potencial. Esto quiere decir que es el espacio del juego con pares, la instancia en que mi cerebro está más atento para aprender de otros/as, aprendemos a imitar juegos físicos, cognitivos, la habilidad de uso de herramientas, un juego de manos y ritmo, caras y gestos, etc. Es por esto que el juego de pares cumple un rol esencial en el aprendizaje humano. A través de él, aprendemos una gran cantidad de habilidades en el inicio y a través del continuo de la vida.
2.- Reconozco mis límites y el de los demás: De acuerdo con Winnicott “el juego es un espacio de creación que propicia la construcción de un espacio intermedio entre lo que está afuera y lo que está adentro.” Es decir, gracias al juego tengo una especie de antesala entre lo que soy y lo que ocurre afuera. Esto me permite comprender mi límite con las demás personas y ofrecerle al mundo mis propias experiencias y acoger las que vienen de fuera.
3.- El juego como socializador: El juego entre pares es un espacio continuo de comunicación y negociación en la comunicación. Es el espacio donde los seres humanos aprendemos a ofrecer información, ponerla en perspectiva, aceptar información de otros/as y sintetizar en equipo hacia un juego común o defender alguna idea. Esto ocurre continuamente mientras jugamos, ya sea juegos colaborativos, deportivos, etc.
Tal como mencioné, en la era de la tecnología el juego se vuelve fundamental para cada área del desarrollo y los adultos y adultas podemos colaborar en que este ocurra. Aquí hay algunas estrategias para estimular el juego:
- La casa como centro de práctica: Cada vez que juguemos en familia u ofrezcamos un juego a los/as niño/as, estamos brindándoles una oportunidad de hacer crecer “su maleta de ideas”. Así cuando él/ella se enfrente a una situación social de pares tendrá un mayor repertorio de juegos para ofrecer y en los que involucrarse. De este modo, una buena idea puede ser estar atentos/as a ir variando y haciendo distintos juegos en familia o ir rotando los juegos que los/las niños/as tienen disponible. Variar lo más posible para abrir la paleta de juegos que los niños y niñas conocen.
Así mismo, el que los niños y niñas vean la forma en que socializan los padres y madres, fortalece su visión de la vida social. Cada vez que invitamos amigos y amigas a nuestras casas, los niños/as ven un modelo de cómo hacer amigos/as, formas de conversar, de intercambiar ideas, y de cultivar la amistad.
- Invitar a las casas: esta es una excelente oportunidad para poder establecer juego entre pares. Es una buena idea variar las invitaciones de amigos/as del colegio a las casas, algunas veces un amigo/a, otras veces dos, otras un grupo. De esta forma, los niños y niñas pueden tener encuentros con amigos en un espacio emocionalmente seguro.
- Salidas al parque o a la plaza: Ir a espacios públicos donde puedan conocer a nuevos niños y niñas y tengan oportunidad de ver otras formas de jugar, brinda la oportunidad de aumentar el aprendizaje y las habilidades en el juego. La clave está en diversificar las posibilidades y formas de jugar.
- Juego social y juego mediado por juegos/juguetes: Finalmente, los juegos tangibles son una excelente herramienta para mediar situaciones de juego. Cuando utilizamos un juguete o un juego de equipo, el objetivo del juego se pone en una situación externa y los niños y niñas se ponen en pos del logro común. Esta estrategia la utilizamos frecuentemente en terapia cuando estamos facilitando grupos de juegos entre pares. Así podemos generar un juego de una construcción de IMANIX en equipo, donde el objetivo es copiar un modelo o construir un concepto, como “una ciudad”. Todos disfrutamos y resolvemos alrededor del juego. Esto es un excelente desafío para grupos de niños y niñas de todas las edades, y también puede ser una excelente oportunidad para mediar como adultos algunas situaciones.
Por ejemplo, si a un hijo o hija le es más difícil la interacción y el juego con pares, poner el foco en un objetivo puede ayudar a que baje la tensión y la interacción fluya. En estos casos, el adulto/a puede estar cerca o integrarse en el juego para mediar roles, animar y reforzar positivamente los logros. Esto permitirá, en los niños y niñas, momentos de juego significativo y un aumento en su autoeficacia social percibida, que probablemente lo/a lleve a involucrarse en una próxima oportunidad en un juego de pares.