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¿Cómo tratar una pataleta?

Radiografía del contexto, por la psicóloga clínica infantil, especializada en crianza positiva y terapia vincular, Magdalena Vial @magdalena.vial:

Cuando un niño está haciendo una pataleta tiene el hemisferio derecho del cerebro activado en su totalidad, el cual es el encargado de lo emocional, entre otras funciones. Y en edades tempranas, por su desarrollo cerebral, es difícil que un niño pueda conectar con el hemisferio izquierdo, que es el más racional que ayuda a la autoregulación, por lo que es necesario un adulto que lo ayude en este proceso. Anímicamente el niñ@ es invadido por su emoción en la pataleta, si está enojado, es lo único que puede sentir, muchas veces ni siquiera saben por qué se sienten así. Es por esto que hay que empatizar con el niño que no es que no quiera calmarse cuando se lo pedimos, es que no sabe cómo.

Es por esto que en el momento que se enfrenten a una pataleta pueden tener en consideración lo siguiente:

  1. Nosotros como padres debemos mantener la calma. Podemos respirar, prepararnos para co-regular logrando nuestra autoregulación primero, si no será muy difícil ayudar a nuestro hij@.
  1. Ya calmados, nos podemos acercar a la altura de sus ojos, y empatizar con su emoción, si es que sabemos por qué ocurrió esa pataleta. Por ejemplo: "Yo se que te daba mucha lata ir a bañarte, pero tenemos que limpiarnos para acostarnos en la cama".  Así el niño se siente comprendido por el adulto y está más abierto a escucharlo. Si es que no sabemos por qué está así, damos opciones hasta que vemos que le hace sentido lo que le estamos diciendo, puede mirarnos o parar el llanto cuando damos con la respuesta correcta.
  1. Después decirles tranquilamente "yo estoy aquí, vamos a respirar juntos para calmarnos. No te voy a dejar sol@". Si sientes que no te escucha, respira profundamente igual para que pueda ir imitando. 
  1. Hay veces que hay que acompañar y cuando decante un poco la emoción podemos decirle una frase tranquilizadora. Pero no intentemos hablar mientras están gritando porque eso no calma ni a ell@s ni a nosotr@s. Puede comenzar una escalada de gritos entre nosotr@s y el llanto de ell@s.
  1. Si es que el niño se está pegando o agrediendo a otro, hay que parar esa situación. Podemos decirle que eso no se hace, solo nos hacemos cariño, y si continúa, tomarle suavemente sus manos aclarando que eso no se hace y las volvemos a soltar para que practique que no tiene que ser agresiv@ consigo mismo ni con otros.
  1. Después de que termine la pataleta intentar felicitarlo por algo lo antes posible, ser cariñosos con nuestro hij@, no quedarnos resentidos. Siempre tendremos tiempo para hablar de lo que pasó, quizás cuando lo veamos de nuevo de buen genio podemos conversar sobre lo sucedido y cómo se podría enfrentar de manera diferente para la próxima vez.

Testimonios:

“Primero dejo que descargue su pena y rabia, (acompañándola a su lado por si me necesita). Cuando ya veo que va bajando la intensidad, me acerco a ella y le pregunto si quiere un abrazo, luego hacemos la reflexión de lo que pasó, cómo podríamos solucionarlo y explicarle  según la situación que podríamos haber hecho para que no se transformara en una pataleta”. Dominic Barr.

 

“Conteniéndolo y explicando por qué no se puede hacer lo que él quiere”. @rosarioleigh


“La clave está en uno como adulto mantener la calma y luego de la  "tormenta" ayudarles a entender sus emociones, a ponerle nombre. Hay una dinámica que utilicé que consiste en decirle al niño/a que imagine que  huele  una  flor,  y luego que sopla una vela y este sencillo juego de respiración nos ayuda a volver a la calma”. Camila Melin.

 

“Le doy su espacio y cuando se calma me pide abrazo”. @cintiamunoz22

 

“Trato de agacharme para estar a su altura, pedirle que me cuente con detalle qué le pasó y reconocer sus sentimientos para que se sienta comprendido. Hay veces en que no estoy suficientemente "zen" para lidiar con una pataleta y en ese caso le digo al niño que vaya a su pieza y que yo iré a hablar con él o ella en unos minutos. ¡Así me calmo yo antes!”. María Jesús Edwards. 

 

“Conteniendo, conversando y dándole mucho amor”. @nicole_pase

 

“Por lo general intento primero mantener la calma, respirar profundo y luego pienso qué puede haber causado esa reacción emocional para así poder ofrecer algo que ayude a que se sienta mejor: puede ser un abrazo, el acompañarlo, solucionar un conflicto entre hermanos, leer un cuento y descansar un rato, etc..”. Catalina Vicuña.

 

“Con una abrazo cuando me lo permite o respetantosu espacio y abrazándolo cuando él quiere”. @danielaboo

 

“Debo reconocer que no me gustan los niños mal criados. Los educo (reto) donde sea, tiene que ser inmediato.  Cuando lloran porque quieren algo, le digo que jamás le daré lo que quiere si me lo pide llorando, porque después va a conseguir siempre todo llorando y le digo que la estoy educando”. María José Pucci.

“Nunca estamos solas”
La vida desde un metro

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