En los últimos años, muchas madres y padres han llegado a consulta con síntomas de burnout parental. El agotamiento mental, físico y emocional es real, y en contextos desafiantes como el actual, la crianza puede sentirse como una carga más que una fuente de goce.
Aunque el acceso a estudios, expertos y contenidos educativos ha sido un gran aporte para visibilizar la importancia de la infancia, también ha generado una creciente presión en los adultos por “hacerlo bien”. Esto ha alejado a muchas familias del disfrute cotidiano del juego, la conexión y la curiosidad compartida.
Hoy más que nunca, necesitamos volver a lo simple. Y eso implica fomentar la autonomía en los niños a través de espacios libres, exploración y preguntas.
¿Por qué es importante la autonomía en los niños?
La autonomía es clave para el desarrollo infantil. Permite a niños y niñas tomar decisiones, resolver problemas y sentirse capaces.
La importancia de fomentar la autonomía en los niños no radica solo en que “sean independientes”, sino en que construyan seguridad, pensamiento crítico y capacidad de adaptarse al mundo.
Entre sus beneficios destacan:
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Mayor confianza en sí mismos.
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Capacidad para resolver desafíos cotidianos.
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Motivación intrínseca: hacen cosas por interés propio, no por órdenes externas.
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Desarrollo de pensamiento inquisitivo: se hacen preguntas, exploran, descubren.
El juego como herramienta para desarrollar la autonomía
Antes de que los niños jueguen —ya sea patear una pelota o abrir una caja— ocurre algo fundamental: la chispa de la curiosidad. Esa milésima de segundo en que se preguntan:
¿Qué pasará si…?
Esa actitud inquisitiva es la que impulsa el aprendizaje profundo. Sir Ken Robinson lo explicaba así:
“Si puedes prender la chispa de la curiosidad de un niño, ellos aprenderán, muy a menudo, sin mayor ayuda”.
Pero, ¿cómo encender esa chispa si constantemente les decimos qué hacer, cómo y cuándo hacerlo? Necesitamos dar un paso atrás y permitir que el juego y la curiosidad guíen el desarrollo.
¿Cómo trabajar la autonomía en los niños desde lo cotidiano?
Aquí algunos consejos y ejercicios prácticos para fomentar esta actitud exploradora:
1. Modelar preguntas en voz alta
En lugar de dar instrucciones, enséñales a pensar preguntando:
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“¿Qué pasará si mezclamos esto con esto?”
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“¿Qué podrías usar para construir esa torre?”
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“¿Cómo crees que podríamos resolver esto juntos?”
Los autores Bill Lucas y Ellen Spencer recomiendan, en Teaching Creative Thinking, convertirnos en modelos de pensamiento creativo. Las preguntas no solo abren caminos, sino que empoderan.
2. Observar la naturaleza y hacerse preguntas
Aunque no todos tienen acceso directo a la naturaleza, cualquier espacio es una oportunidad para observar:
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¿Qué pájaros vuelan cerca de casa?
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¿Qué tipo de bichos viven en mi jardín o en la vereda?
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¿Cómo se relacionan las plantas con el entorno?
Estas preguntas, desde las más simples hasta las más filosóficas, invitan a desarrollar la curiosidad, el pensamiento crítico y el respeto por otras formas de vida.
3. Jugar desde la exploración, no desde la instrucción
Permite que niños y niñas jueguen con:
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Materiales abiertos: bloques Imanix, cajas vacías, telas, elementos de la naturaleza.
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Elementos del hogar: utensilios, materiales reciclados, ropa vieja.
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Historias por inventar: cuentos sin final, juegos de roles, construcción de mundos imaginarios.
Evita resolver por ellos o intervenir constantemente. Déjalos experimentar, equivocarse y volver a intentar.
Ejercicios de autonomía para niños en casa
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Armar su mochila para el jardín o colegio.
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Participar en la preparación de comidas simples.
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Ordenar sus juguetes al terminar de jugar.
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Inventar un juego con reglas propias.
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Observar un objeto y escribir (o dibujar) lo que se les ocurre sobre él.
Estos ejercicios de autonomía para niños son simples, pero profundos: refuerzan su identidad, creatividad y capacidad de resolución.
Volver a lo simple: una invitación a los adultos
Fomentar la autonomía en la infancia no significa alejarnos de ellos, sino acompañarlos desde otro lugar: con presencia, sin sobre dirigir.
Preguntémonos como adultos:
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¿Estamos dejando espacio para que nuestros hijos piensen por sí mismos?
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¿Respetamos sus tiempos de descubrimiento?
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¿Valoramos más las respuestas que las preguntas, o al revés?
Volver a lo simple es reencontrarnos con nuestra humanidad: con la curiosidad que habita en todos nosotros, y con la capacidad de redescubrir el mundo cada día, junto a nuestros hijos.
¿Te animas a acompañar el desarrollo de tu hijo desde la autonomía y la curiosidad?
En Imanix creemos en el poder del juego libre, la exploración y la creatividad como base para una infancia plena. Explora nuestros sets y encuentra herramientas para desarrollar la autonomía a través del juego.
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Por María Jesús Parada